domingo, 31 de julio de 2011

Los otros mandamientos (Segunda Parte)

He aquí cinco mandamientos más de las 48 reglas del poder de Robert Greene

Busque llamar la atención a cualquier precio

P.T. Barnum fue el hombre más importante de los espectáculos en el siglo XIX debido a su adelantada inteligencia y su conocimiento de la mente humana. En una ocasión para la inauguración de uno de sus museos que menos expectativas generaba, contrato a un hombre para que recogiera ladrillos de afuera de la entrada del museo y los llevara uno por uno hasta el interior del establecimiento, sin decir nada ni hacer alguna otra actividad. Después de unas horas la gente comenzó a entrar al museo pero no para ver las obras expuestas sino para ver que hacia el hombre con los tabiques.

Logre que otros trabajen para usted, pero nunca deje de llevarse los laureles

Nicola Tesla ha sido sin lugar a dudas uno de los mas prolíferos inventores de la humanidad, sin embargo su nombre es de los menos conocidos. Invento la corriente eléctrica que Edison mejorara y patentara como hoy la conocemos. Después logro pasar ondas a través de antenas en el canal de la Mancha inventando el radio, pero Marconi mejoro y patento su idea, llevando así su nombre a la posteridad.

Haga que la gente vaya hacia usted, de ser necesario use la carnada

Cuándo coloco cebo para ciervos, no disparo sobre la primera cervatilla que se acerque a pastar, sino que espero a que se haya reunido toda la manda. Otto von Bismarck

Gane a través de sus acciones, nunca por medio de sus argumentos

Cuando Miguel Ángel esculpía el maravilloso David su empleador le dijo que la nariz era demasiado grande. El autor sabía que no podía renegar la voluntad del dueño, que las palabras no lo convencerían debido a su sabida terquedad, y que la nariz de David era perfecta. Así que le pidió que lo acompañara al andamio y fingió que tallaba un poco la nariz hasta adelgazarla. Al ser vista desde arriba la nariz se veía mas pequeña aunque no se le hubiera modificado nada, y por tanto ambos quedaron satisfechos, Miguel Ángel hizo la escultura perfecta y el dueño sintió que era a su medida.

Haga que la gente dependa de usted

Luis XIV tenía en su cote un astrologo que se decía profeta de grandes vuelos. Una ocasión le comento que en tres noches una dama de la corte se desangraría hasta morir, y así fue, por lo que el rey asustado decidió matar al profeta; pues  asumía que este había matado a la mujer para probar su profecía o era tan poderoso que causaba un peligro constante para el rey. Al capturar al profeta, este le comenta al rey que había soñado que él se moriría tres días antes de la muerte del rey, por lo que este le perdono la vida y le dio los mayores cuidados de la corte.