domingo, 31 de julio de 2011

Los otros mandamientos (Segunda Parte)

He aquí cinco mandamientos más de las 48 reglas del poder de Robert Greene

Busque llamar la atención a cualquier precio

P.T. Barnum fue el hombre más importante de los espectáculos en el siglo XIX debido a su adelantada inteligencia y su conocimiento de la mente humana. En una ocasión para la inauguración de uno de sus museos que menos expectativas generaba, contrato a un hombre para que recogiera ladrillos de afuera de la entrada del museo y los llevara uno por uno hasta el interior del establecimiento, sin decir nada ni hacer alguna otra actividad. Después de unas horas la gente comenzó a entrar al museo pero no para ver las obras expuestas sino para ver que hacia el hombre con los tabiques.

Logre que otros trabajen para usted, pero nunca deje de llevarse los laureles

Nicola Tesla ha sido sin lugar a dudas uno de los mas prolíferos inventores de la humanidad, sin embargo su nombre es de los menos conocidos. Invento la corriente eléctrica que Edison mejorara y patentara como hoy la conocemos. Después logro pasar ondas a través de antenas en el canal de la Mancha inventando el radio, pero Marconi mejoro y patento su idea, llevando así su nombre a la posteridad.

Haga que la gente vaya hacia usted, de ser necesario use la carnada

Cuándo coloco cebo para ciervos, no disparo sobre la primera cervatilla que se acerque a pastar, sino que espero a que se haya reunido toda la manda. Otto von Bismarck

Gane a través de sus acciones, nunca por medio de sus argumentos

Cuando Miguel Ángel esculpía el maravilloso David su empleador le dijo que la nariz era demasiado grande. El autor sabía que no podía renegar la voluntad del dueño, que las palabras no lo convencerían debido a su sabida terquedad, y que la nariz de David era perfecta. Así que le pidió que lo acompañara al andamio y fingió que tallaba un poco la nariz hasta adelgazarla. Al ser vista desde arriba la nariz se veía mas pequeña aunque no se le hubiera modificado nada, y por tanto ambos quedaron satisfechos, Miguel Ángel hizo la escultura perfecta y el dueño sintió que era a su medida.

Haga que la gente dependa de usted

Luis XIV tenía en su cote un astrologo que se decía profeta de grandes vuelos. Una ocasión le comento que en tres noches una dama de la corte se desangraría hasta morir, y así fue, por lo que el rey asustado decidió matar al profeta; pues  asumía que este había matado a la mujer para probar su profecía o era tan poderoso que causaba un peligro constante para el rey. Al capturar al profeta, este le comenta al rey que había soñado que él se moriría tres días antes de la muerte del rey, por lo que este le perdono la vida y le dio los mayores cuidados de la corte.

Los otros mandamientos (Primera Parte)

Dicen que quien no conoce su historia, esta condenado a repetirla; y la historia misma es un claro ejemplo de lo certera de esta frase.  
A lo largo de la humanidad han existido momentos, personajes e ideas de distintos matices, cuya presencia se volvió paradigma, escribiendo los capítulos más importantes de la historia de la humanidad. Sin embargo el común denominador que determinó su influencia fue el Poder.
Robert Greene en un acucioso trabajo reúne los pensamientos de grandes estadistas y filósofos del poder como Sun Tzu, Hobbes o Maquiavelo enlistando 48 reglas que hay que seguir para conquistar (y perdurar) en los cielos del poder. El autor adereza cada una de sus reglas con un sinfín de justificaciones teóricas y filosóficas, así como con múltiples ejemplos históricos y literarios que reafirman la validez de sus tesis.
En el transcurso de varios postas mencionare las 48 reglas con uno de los ejemplos que en mi opinión, mejor aclaran el postulado.
Nunca le haga sombra a su jefe
Nicolás Fouquet, ministro de finanzas del Rey Sol Luis XIV era un hombre generoso, amable y encantador, cuya mera presencia encendía a las mujeres, envidiaba a los hombres y se acercaba a la perfección. Habilidoso en las finanzas, administrador eficaz, hombre culto y dadivoso. Sin embargo el Rey Sol lo arresto porque lo opacaba. Solo puede haber un Sol en el cielo.

Nunca confié demasiado en los amigos

Joseph Fouché y Talleyrand fueron ministros de Napoleón durante su época de mayor esplendor. Sin embargo siempre detentaron una relación amarga e incluso trataron de matarse varias veces el uno al otro. Cuando Talleyrand se da cuenta del prejuicio internacional que está generando el Gran Corso, decide derrocarlo, más necesita un hombre que lo apoye. Extrañamente escoge a Fouché pues lo sabe traidor y tránsfuga y sobre todo es la mejor forma de tenerlo cerca. Al fin ninguno espera nada del otro.

Disimule sus intenciones

Una oveja nunca roba, nunca engaña, es tonta  dócil. Cubierto con una piel de oveja, un zorro puede entrar en el gallinero sin ser detectado.

Diga siempre menos de lo necesario

El Duque de Essex harto de los desplantes de la reina de Inglaterra decidió levantarse en armas contra el imperio, pero ajeno a capacidades militares, su intentona fracaso y fue capturado por los guardias de la reina quien estaba presta a perdonar la vida del duque insurgente; sin embargo antes de dejarla mostrar su misericordia el Duque de Essex le dijo que su forma de gobierno era tan retorcida como su esqueleto; lo cual le causo un gran coraje a la reina Isabel e y sentencio a muerte al hablador súbdito.

Defienda su prestigio a muerte

La energía eléctrica fue campo de batalla de una lucha eterna entre inventores y hombres de ciencia, donde Edison y Tesla fueron sus más grandes contrincantes. El primero sostenía que la corriente directa era la mejor, mientras que Tesla consideraba lo mismo de la alterna. Sin embargo no existían pruebas exactas que demostraran la superioridad de una sobre otra; así que Edison hábil como pocos, decidió arruinar la reputación del serbio matando animales a base de electrocutaciones y finalmente logrando la instauración de la silla eléctrica. Desde entonces la corriente alterna es sinónima de electrocutarse.

viernes, 29 de julio de 2011

De placeres vergonzosos

Hay tantos placeres como dolores en la vida, aunque no siempre tenemos acceso a todo ellos. Hay placeres de todos tipos y sabores, los hay amargos o dulces, los hay instantáneos o eternos, perenes o caducos. En fin, por placeres no para el hombre.
Unos de los  más disfrutables son los ocultos, aquellos envueltos en la tela transparente que es la intimidad, destinados al anonimato y a la negación.
Su gozo puede o no radicar en su carácter misterioso, y en la mayoría de las ocasiones responde a aquel 
cruel sentimiento que nos recuerda que somos finitos, llamado vergüenza.

Nietzsche asumía la vergüenza como el lastre que impide la libertad y Aristóteles la libertad como paso necesario para la felicidad. Ergo para ser felices hay que ser libres y para ser libres, hay que perder la vergüenza.
Según la mitología griega, Aidos la diosa de la vergüenza, modestia y humildad fue enviada por Zeus a la Tierra luego de ver el caos autodestructivo del hombre tras haber recibido el fuego de Prometeo. Su relación es tan estrecha con el hombre, que Aidos será la última deidad en abandonar la Tierra y regresar al Olimpo.  
Evidentemente la vergüenza no se aleja solo por resolver la ecuación, permanece intrínseca en la vida del hombre pues la moral es tan arraigada que la libertad se torna compleja y la felicidad inalcanzable.
Sin embargo, son válidos los intentos por lograr la desvergüenza, ¿Qué sería de los escritos de Wilde si este no hubiera jugado con la vergüenza? ¿Qué lección habría dado Hesther Prynne si se hubiera avergonzado de su letra escarlata?

Estoy seguro de que la vergüenza por más desvergonzado que diga mi madre que soy, jamás me abandonara, pero también quiero hacer mi intento. Revelare lo oculto de mis placeres, quitare la vergüenza de mis gustos y confesare los que hasta hoy son algunos de mis placeres vergonzosos:

Me gustan las comedias románticas, los covers de Glee, leer Harry Potter y algunas canciones de Ricardo Arjona. Me muevo (porque no bailo) con el Reggaetón y con el Hip-Hop. Me gusta leer de superhéroes, me dan mucho miedo las películas de terror, no como chile porque me pica, no me llaman la atención los carros ni manejar.

Me siento un poco más libre. Espero sentirme también más feliz. 

jueves, 28 de julio de 2011

Ezequiel Montes Ledesma

Algo se sabe de un municipio llamado Ezequiel Montes ubicado en el Estado mexicano de Querétaro, conocido por su naturaleza trabajadora y lo bien habidos de sus habitantes, por el tamaño de sus ganados o por que alberga el tercer monolito más grande del mundo conocido como la Peña de Bernal.
Sin embargo es mucho menos lo que se conoce del personaje al cual honraron bautizando con su nombre al pueblo.
 Algunos nativos saben que las poblaciones vecinas como Cadereyta o Vizarron tienen como apellido el Montes de Ezequiel; pero no saben a ciencia cierta quien fue este hombre regordete y de mirada perdida.
Pocos saben quien es este personaje cuya esfinge viste entre tantas otras  la francesa Av. Reforma de la capital del país.
Lo que me resulta extraño es que José María Ezequiel  Trinidad Montes Ledesma no es un personaje que merezca el olvido al que fue injustamente sometido.
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Su papel en la historia fue bastante meritorio aunque su lugar en la historia de bronce lo han ocupado personajes con claro oscuros mucho mas tenebrosos que los de Don Ezequiel. ¿Por qué es que un hombre de tal grandeza, reconocido por sus amigos y enemigos, no tiene un lugar por más pequeño que sea en el santoral cívico nacional?
La biografía de este hombre es tan espectacular como la falta de información que de la misma existe; se sabe que nació  cuando aun existía la Nueva España, en el territorio y antigua alcaldía mayor de Cadereyta donde fue bautizado y criado por su madre hasta su muerte siete años después de haberlo dado a luz. Se sabe que durante años radico entre Vizarron y Cadereyta donde estudio teología hasta que ingreso al Colegio de San Ildefonso a estudiar filosofía y latín.
Es en este tiempo santanista donde las ideas liberales empezaran a germinar en la mente de Ezequiel  quien regresara a su lugar de origen para participar activamente en la política local. Será diputado por Cadereyta al mismo tiempo que estudia jurisprudencia en Querétaro; de donde poco tiempo después será nombrado diputado federal.
Ya portador del titulo de derecho, se dará el lujo como los grandes hombres de su época de ser maestro de derecho romano e hispano; profesión que ejercerá por poco tiempo; pues el escenario nacional lo aguardaba.
Recién logrado el Plan de Ayutla con Antonio López de Santa Anna en el exilio; el presidente recién elegido Juan Álvarez, aquel otrora insurgente de tierras acapulqueñas reunirá a las mentes más grandes de la época, logrando un gabinete de excelencia donde estarán los principales adalides de la generación dorada del siglo XIX. Ignacio Comonfort en el ministerio de Guerra, Melchor Ocampo en Relaciones Exteriores, Guillermo Prieto en Hacienda y Benito Juárez en Justicia.
Ezequiel Montes será nombrado Oficial Mayor del ministerio de Relaciones Exteriores donde estrechara una gran amistad con el huérfano jacobino de Michoacán: Melchor Ocampo.
Tras el efímero gobierno de Álvarez, y la llegada al poder de Ignacio Comonfort, Ezequiel Montes quien estuvo un tiempo invitado por Juárez como juez propietario de lo civil en el distrito federal; volvería a ocupar un lugar nodal en la administración pública federal.
Ignacio Comonfort, previsor de las molestias que la iglesia sentiría tras la Constitución del 57, designo para el cargo mas importante del momento a un hombre liberal pero mesurado, inteligente y sobre todo conciliador; poseedor de una retorica implacable y una bondad de alma bastante evidente: Don Ezequiel Montes Ledesma; quien ocupo el ostentoso cargo de Secretario de Estado y del Despacho de Justicia, Negocios Eclesiásticos e Instrucción Pública.
En este periodo Ezequiel Montes tendrá un épico debate epistolar con el Obispo de Puebla Antonio Pelagio de Labastida y Dávalos –quien también enconaría un debate intelectual con Melchor Ocampo- donde hará uso de sus conocimientos teológicos para fundamentar las leyes de reforma en las mismas leyes de dios.
En una de estas misivas se encuentra una cita a San Agustín donde duda de las pretensiones del obispo poblano argumentando que  “Nada propio posee la Iglesia, sino la fe”.
Sin embargo, su estancia en esta Secretaria fue muy breve aunque bien lograda debido al  golpe de estado que Comonfort -en uno de esos ejemplos surrealistas de nuestro país- se dará a sí mismo; ocupando Juárez la Presidencia de la Republica con lo que se da inicio al capitulo de nuestra historia perfectamente llamado la Guerra de Reforma.
Ezequiel Montes entonces fue designado por el propio Presidente Juárez como Ministro Plenipotenciario en el Vaticano, siendo el primer representante mexicano en el Estado Pontificio; asumiendo con una dignidad invaluable la negativa de recibirlo del jerarca católico el Papa Pio IX.
Este es un ejemplo mas del olvido al que fue sometido Ezequiel Montes; pues cuando se recuerda la formalización de las relaciones diplomáticos con el Vaticano; siempre se piensa en el régimen de Salinas de Gortari quien lo hace de forma oficial, o en el Porfirismo, donde las relaciones se restauran fácticamente.
Después de este fracaso en tierras europeas, Ezequiel Montes regresara a la Suprema Corte de Justicia bajo la presidencia de Benito Juárez. Al terminar su periodo en la jurisprudencia y aun durante los tormentosos años de la Guerra de Reforma, el queretano volverá a ser Diputado por el distrito de Zumpango en el Estado de México.
En 1861, Don Benito desesperado por apoyo internacional que lo reconociera como gobernante único del país y ávido de recursos, armas o cualquier otra forma de ayuda; designara a Ezequiel Montes Ledesma como Ministro Plenipotenciario en Bélgica.
Tras el negro y romántico episodio de la opereta que fue el II Imperio Mexicano; Don Ezequiel ya desterrado en Francia será elegido desde allá diputado de Toliman y presidente del Congreso; por lo cual regresara a México para no irse jamás.
Su mayor vocación consistía en la oratoria y la defensa de los ideales liberales desde el Congreso, y en este oficio dedicaría muchos de sus años; siendo Diputado de Dolores Hidalgo, o de Huichapan. Los recuerdos que el Lic. Montes dejaría en este estrado serian innumerables, puesto que sus participaciones fueron siempre marcadas por la vehemencia y la cordura de sus palabras.
Después de la muerte de Juárez, el fulminante gobierno de Lerdo, el Plan de la Noria y la primera presidencia de Porfirio Díaz; Don Ezequiel Montes dejaría el estrado congresista para ejercer como Secretario de Justicia e Instrucción Publica del Presidente Manuel González, conocido como el “Manco” o el “compadre” por su relación con el caudillo Porfirio.
En el poco tiempo que ejerció en el gobierno de González, logro crear las primeras bases de la magna obra educativa  que después concluira Justo Sierra.
Finalmente, tras una larga batalla contra los cálculos biliares, fallecerá el quince de enero de mil ochocientos ochenta y tres a la una de la tarde en su casa ubicada en la calle de Moneda en la capital mexicana.
 De el sobrevivirán su mujer Doña Jesusa Rebollar -de quien no se sabe si tuvo hijos-, un municipio con su nombre y dos con su apellido, dos estatuas, un cuadro en la rotonda de hombres ilustres de Querétaro y otro que el mismo donó en el palacio municipal de Cadereyta.
Después de haber visto morir a la mayoría de los celebres hombres de la generación liberal –Juárez, Ocampo, Prieto, Otero, Santos o Zaragoza- Ezequiel Montes los acompañaría en el panteón de San Fernando aunque injustamente no estará con ellos en el santoral cívico, donde sus nombres acompañados de los caudillos insurgentes o los hombres de la revolución fundarían la historia de bronce de nuestra nación


miércoles, 27 de julio de 2011

El Concierto de la Lluvia

Cuánta dicha hay en ver llover sin mojarse en el intento. Cuán placentero es ver como las gotas de lluvia rebotan en el suelo. Ver como el cielo tiembla de miedo ante la embestida del agua. Ver como las nubes muestran su coraje y minimizan hasta al Sol. Magia natural escuchar el concierto que la lluvia proporciona. Gotas tintineando en el suelo seco, gotas perdiendo su identidad en los charcos, truenos demostrando su poder y el flujo ostentoso de los recién nacidos arroyos. Música tan pletórica que convierte en tenues ruidos los otros sonidos de la naturaleza.
Es tan poderosa y vengativa la lluvia que ataca a aquellos que podrían opacar el concierto de sus sonidos, obligan a las aves a callar refugiándose entre los arboles, los grillos y demás insectos cantores tienen que callar para internarse en el subsuelo, y el viento, único y eterno secuaz de la lluvia se somete en silencio a la voluntad de las nubes.
Cuánta desdicha habrá en la lluvia para las aves e insectos, para los animales descubiertos y para los individuos sin techo. Cuan trágico se ha de volver ese concierto fatal. Maldición eterna de las victimas.
Que tan glorioso ha de ser un instante de lluvia para el jardinero o el agricultor, para el pasto o el árbol. Que poderoso se ha de sentir el riachuelo con el impulso de la lluvia. Que tanto ha de esperar la biznaga este instante.
Que tan terrible ha de ser un instante de lluvia para el peatón o el trota mundos, para el perro callejero o  el ave que no alcanzo a llegar al árbol. Que terrible ha de ser para el automovilista que se sabe encerrado en un raudal de agua a bordo de un vehículo no hecho para nadar. Cuanto ha de odiar el mojado este instante.

martes, 26 de julio de 2011

Joseph Fouché: El Genio Tenebroso de Stefan Zweig

«Traidor de nacimiento, miserable, intrigante, de naturaleza escurridiza de reptil, tránsfuga profesional, alma baja de esbirro, abyecto, amoral...»[1]es la forma en la que Clío recuerda a Joseph Fouché omitiendo aquellos adjetivos capaces de mostrar la grandeza de este hombre, el mejor alumno del florentino Maquiavelo, el hombre más importante de su época, el político, el diplomático, el hombre frio de cálida inteligencia, el hombre cuya vida definió uno de los procesos más interesantes y convulsos de la humanidad. Joseph Fouché sin temor a equivocarme es uno de los personajes más grandes que ha dado la humanidad y por tanto está condenado a existir en la sin memoria colectiva, en la devaluación ideológica y en la sombra de sus propias acciones.

Lecciones de los desposeídos

La pobreza y contrastes sociales de nuestro país no deben esconderse. No deben ser una mancha imborrable en nuestro fastuoso camino a la prosperidad. Nuestros pobres son más nuestros que los ricos. Son nuestra responsabilidad y nuestra obligación. Pero también nuestro derecho. Sí aprendiéramos aunque sea la mitad de lo que ellos saben; sí viviéramos con el diez por ciento de su dignidad seríamos el país más digno del mundo.  Cuantas lecciones dan los desposeídos y más sí se trata de niños.

Hoy fui por un helado de vainilla para congelar mi dolor bucal al restaurante de hamburguesas por antonomasia y me senté adolorido a comerme mi sundae de chocolate mientras escuchaba un poco de Norah Jones. 
De pronto empecé a escuchar risas incontenidas y al voltear hacia el área de juegos vi como salían chispas de colores de un par de niños que habían llegado al nirvana de su felicidad. No pude más que reír con ellos, olvidar mi sundae, olvidar a Norah y clavarme con añoranza en su felicidad.
Cuando el destello de sus sonrisas me permitió verlos bien, me percate que sus ropas estaban tan sucias y desgastadas como sus caras. Sus zapatos eran diferentes en cada pie y su pelo era cenizo.  Pero ni a ellos, ni a mí, ni a los niños con quienes jugaban les importó la evidente condición social de los felices.

Sin embargo hubo quién no pudo con eso. Una empleada del restaurante se acercó a los niños y les pidió que se fueran pues no habían consumido nada.  Los niños prontos y orgullosos obedecieron a la mujer y se fueron del restaurante que vende felicidad y sonrisas a los niños del mundo.

Indignado y molesto fui por los niños y les pedí que regresaran a jugar y el mayor de los hermanos me contesto que los juegos solo eran para los que tenían dinero.  Evidentemente su respuesta me conmovió aún más.
Los niños regresaron a jugar cuando la misma mujer volvió hacia ellos y empezó su letanía. Me acerque a ella y le dije que los niños venían conmigo mostrándole el recibo de mi consumo.
Envalentonada la mujer refuto mi comentario y dijo que esos eran niños de la calle y se veía mal el área de juegos con ellos jugando ahí.

El dolor de mi boca para entonces era ya pasado, pues una ira absoluta invadió el terreno de mis sentimientos y solo pude manifestarle a la señorita la pobreza de su cerebro y de su alma.
Algunos otros comensales molestos también apoyaron mi recriminación que cada vez subía de tono, hasta que llego el gerente del restaurante y se dispuso hablar conmigo.

En fin, entre dimes variados y alguno que otro direte, los niños permanecieron jugando hasta que fui por ellos con un par de cajas que se asumen felices para cada uno.
Cuando las entregue,  orgullosos las rechazaron pues pensaron se las habían dado por parte del restaurante, y no quisieron aceptarlas hasta que les mostré el recibo que comprobaba que las había pagado yo.
Tardaron escasos minutos en terminarse su hamburguesa, sus papas y su refresco y muy amablemente me dieron las gracias.
 Finalmente el gerente del restaurante en un notable acto de humildad les pidió una disculpa a los niños, les regalo un par de helados a cada uno y les dijo que cuando quisieran podían entrar a jugar. Los niños no cambiaron su semblante y agradecieron las ofertas, terminaron sus helados con la misma impresionante velocidad y se dispusieron a salir, no sin antes agradecerme de nuevo mi ayuda y en un excelso acto de riqueza emocional se acercaron a la chica que los había corrido, que ahora lloraba (probablemente de remordimiento o algún regaño) y le comentaron que no se preocupara, que si tanto le molestaba no regresaban y pagaban sus helados limpiando el suelo del lugar.
Obviamente la chica lloro aún más fuerte y les pidió ella la disculpa a lo que ellos ácidamente contestaron:
-No se preocupe, esto nos pasa casi todos los días.



lunes, 25 de julio de 2011

Molares Costosos

Cuando Porfirio Díaz se entero del levantamiento del espiritista Madero, lo único que pudo pensar fue en el terrible dolor de muelas que tenia. Cuando tomo la decisión de renunciar al poder el dolor ocasionado por sus molares era mucho más grande que la tristeza y decepción de ver como el país que gobernó por treinta años le daba la espalda.
Cuando abordo el Yparinga dejando atrás su tierra mexicana escogió como destino Francia porque ahí se encontraba el mejor del dentista de la época. Cuando se enteró que Zapata se había levantado contra Madero por fin pudo opinar, porque ya le habían retirado la muela que lo atormentaba. Cuando salió del dentista derramó su primera lágrima de añoranza por su tierra perdida pero de alivio también por la despedida de su dolor. Después de ese doloroso episodio Don Porfirio conoció el mundo, fue recibido en grandes salones, visito Egipto, vio crecer al monstruo que según el, Madero despertó y decidió morir en el exilio, maldiciendo como una muela le había costado la presidencia.

Hoy en un ritual sumamente doloroso he perdido la segunda de cuatro de las bien llamadas muelas del juicio; y en lo único que he podido pensar -si acaso lo he logrado- es en el terrible dolor que sentí durante la intervención y los nefastos malestares que ese extraño y caro dolor biológico me han ocasionado.

Hoy olvide que había visitas en la casa y que yo era una de ellas. Olvide que había trabajos pendientes y pendientes por trabajar. Olvide personajes que había por escribir. Olvide historias por contar. Olvide deudas y proyectos; e incluso olvide que Edgar Allan Poe me esperaba en el buró exactamente en la misma página en la que anoche lo deje. Afortunadamente, y a pesar del mutismo al que me tuve que aferrar por el día de hoy, no olvide las palabras, que aunque no he podido decir, espero siempre poder escribir.
Espero que cuando el dolor pase y mis olvidos se vuelvan recuerdos, no sea mucho lo que la muela me haya costado.

sábado, 16 de julio de 2011

La niña y el mar

Este cuento me lo pidieron para regalarlo a una niña de 7 años proporcionándome una pequeña biografía suya.

La niña y el mar

A diferencia de Fernanda El mar azul y cristalino del Caribe mexicano no puede dormir en todo el día, la inercia de sus movimientos no se lo permiten y su madre todopoderosa también conocida como Naturaleza se lo prohíben. Sin embrago esta diferencia no evita q el mar y Fernanda sean un ejemplo más de aquellas amistades difíciles d encontrar. Pues que tan fácil puede ser una amistad con alguien que a pesar de sus desplantes implacables, sus cambios de humor tan repentinos y sus tonos tan mandantes; alcanza niveles de popularidad inimaginables. Y así el mar a pesar de todo ha caído en el embrujo carismático de Fernanda Den pues ha encontrado en ella el reflejo entero de su más pura escancia. Una niña popular y cambiante, dominante y agradable, valiente como pocas e inteligente como nadie.
Fernanda y el mar además de compartir su forma de ser comparten sus gustos, específicamente aquel por la música y la pintura.
Dicen las leyendas que cuando Fernanda abandono el mar para irse a una enorme academia en la capital del país este se puso al principio tan furioso que durante 10 noches con sus días nadie lo pudo visitar; después su enojo se volvió tristeza y su furia docilidad. Tanta que ante la falta de marea los peces tuvieron que aprender a nadar. Finalmente cuando el mar entendió que la ausencia de Fernanda era víctima de circunstancias ajenas recupero sus bríos y mareas. Sin embargo no logro ser igual. Dicen que por las noches se veía dibujado el rostro de una niña de cabellos largos y ojos bien abiertos en la arena y que entre el oleaje y los demás sonidos del mar se alcanzaba a escuchar un violín.
Cuando Fernanda regreso le mostró al mar sus trazos esporádicos repletos de constante melancolía y los frutos de largas horas de prácticas tras el violín sellando así la eterna amistad entre Fernanda y el mar.
Hoy el pueblo yucateco puede dormir tranquilo pues el mar ha entendido que aunque su amiga se ausente por días al final siempre regresara a empanizarse en la arena como los camarones que él le da.





viernes, 8 de julio de 2011

Soy Yo

Soy graduada con honores de la indiferencia diaria que te invade cuando estamos juntos.
Soy soñadora eterna de las caricias de tus manos que aún no tocan mi cuerpo.
Soy esclava de un recuerdo que desvanece en tu mundo, pues su veracidad yace unicamente en mis pensamientos.
Soy testigo del silencio; de lo inaudible de tu labia.
Testigo de ese amor que das y del cual no me toca nada.
Cada noche caigo en pleitesía ante las estrellas, anhelando vehemente que estés conmigo un nuevo día.
Eres la fuente de mi inspiración; camema de mis versos ésta mañana, despierta tu imagen en mi mente y apareces con dulzura frente a mi ventana.
Eres la pieza clave de mis sonrisas, el motivo de mi risa y el deseo que me mantiene viva.
Tu presencia me hace falta aun cuando estas conmigo.
Tu voz se pierde y todo se vuelve taciturno aun cuando hay ruido.
Tu mirada me envuelve cuando coincido con ella y me olvido del mundo cuando te tengo cerca.
Pero haces que todo sea tan confuso. Me llevas de la mano y me sueltas a lo lejos.
Me hundo en el desasosiego que emana tu ausencia y retomo el desvalido camino de vuelta hacia mi soledad.
La incertidumbre de tus sentimientos, la indiferencia de tus pensamientos; desconozco por completo tus intereses, tus deseos.
Y no me queda más que admirarte en silencio; decifrarte con la tranquilidad del inexorable tiempo.
Soy tu compañera de siempre; prisionera de tu mirada, cautiva de tu suerte.
Soy quien felizmente se dedicaría a sacar de ti una sonrisa todos los dias.
Soy quien anhela de ti una caricia; aunque sea quiza solo una palabra.
Soy yo, tu fiel manceba. Seguidora de tus pasos, reposo de tus penas.
Soy quien muere con tu ausencia y renace en tu presencia.
Soy quien cuida tu morada; dia y noche a tu espera.
Regalame un poco de ti, descubre mi fragilidad y recuerdame asi, que aqui estoy; soy yo... Tu enamorada eterna.